El almacén de don Calixto, está bien aprovisionado.
Uno puede encontrar de todo, especialmente buen fiambre. Toda la mercadería está dispuesta en estanterías que quedan detrás del mostrador y en unos escaparates de vanguardia que se le adelantan, para tentar a que el cliente mismo se sirva.
Sobre la mesada de mármol blanco, hay una caja registradora antiquísima y la cortadora de fiambre tiene la gracia de los objetos del cuarenta.
La esquina que ocupa tiene paredes amarillas y una pintada que la lluvia fue borrando que anuncia una gaseosa que ya no existe.
Don Calixto tiene tiempos papales para atender y siempre tiene un párrafo para con cada vecino. Solo acepta efectivo y cierra para dormir la siesta.
Yo, prefiero comprar en Chen, el chino de a la vuelta, porque es mas barato.
Calixto usa birome bic azul y papel blanco liso para anotar sus cuentas. Cada una de sus notas tienen el aquí y ahora, ese instante en el que pone su vida. Se toma su tiempo, pero ese tiempo siempre significa algo en la historia de cada uno.
ResponderEliminarChen, usa caja registradora. En un minuto te paso los productos, te cobro y te dio el vuelto. Encima, como es automático, no se equivoca nunca con el vuelto! Gracias Chen por haerme la vida más facil!
Esto es grosso loco, un remate genial.
ResponderEliminarMe gustó el adjetivo "papales" para tiempos.
Gracias papales... digo... totales!
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