jueves, 15 de abril de 2010

BENITO

Benito sabe cómo ser felíz.

Se acerca a lo que le gusta y se aleja de lo que no le gusta. Mantiene despierto su espíritu festivo y no pierde oportunidad para demostrar su alegría.

Benito se conforma con lo que tiene, pero si quiere probar nuevos sabores, se las ingenia enseguida para hacérmelo saber. Va por más.

Tiene convicciones firmes y es gruñón. No es demasiado sociable con sus congéneres, pero a los que acepta, los acepta con todo el corazón.

Benito me pone sobre aviso de todo aquello que a él le parece relevante. En general no valoramos la importancia de las cosas de la misma manera, pero me tiene al tanto igual.

Con Benito tenemos juegos que a los dos nos gusta jugar y nos permiten volver a ser chicos.

Solo pide de mi: que le mantenga el agua limpia, que lo provea de alimento y lo saque a pasear al menos dos veces al día.

A cambio, me recuerda su fórmula para ser felíz.

miércoles, 31 de marzo de 2010

CONFESIONES DE OTOÑO

Ser humano, unidad de cuerpo y mente, hombre, hispanoamericano, hispanoparlante, argentino, español, clase 1975, escritor, melómano, cálido, pancho físico, inquieto intelectual, capaz de escuchar, apasionado, psicoanalizado, enérgico, vehemente, amigo, solitario, divorciado, peronista, leal, noble, inconstante, seductor, abogado, viajero, inteligente, soberbio, divertido, heterosexual, geminiano, conejo de madera, sensible, decidido, comediante, con sentido común, capaz de contener, creativo, emprendedor, reservado, discreto, cómodo, justo, razonable, observador, glotón, fumador, idealista moderado.

miércoles, 10 de marzo de 2010

DECEPCIÓN

Deseaba un sí. Esperaba un sí.

La silenciosa vigilia sembró dudas.

Llegó un no. Impersonal, distante, casi anónimo. Sin fundamento preciso que contribuya a mi superación.

Recibí talentos y quiero potenciarlos. Me fijé objetivos y busqué el camino que creí más idóneo. Pero su traza no apareció donde fui a buscarla.

Recién este año pude equilibrar mis cargas para encarar esa senda. Creo que ya no podré volver a hacerlo.

Es sugestivo que tras tus pasos, descubra más Misteriosa a esta Buenos Aires.

Un hombre no se valora por los golpes que puede dar, sino por los que es capaz de recibir y sobreponerse.

Este tropezón -esta decepción- no es caída.

sábado, 27 de febrero de 2010

DOLORES

Me recuerdo aquella tarde de Abril, por trabajo en Barcelona.

Nunca esperé encontrarla allí.

La silueta que divisé -a varios metros- avanzando por la acera en sentido opuesto al que llevaba yo, parecía ser la suya. El color de pelo, el estilo de la ropa y esa peculiar cadencia en el andar.

Nos conocimos de estudiantes. Nos casamos de apuro. Se hubiera llamado Simón, de haber ocurrido el parto.

Nos hermanó el dolor, nos apagó el deseo. Nos divorció la traición.

Cuando la distancia fue la de cruzar miradas: apunté a sus pupilas, ella asestó a las baldosas.

Si era o no, ya poco interesa. Quería llegar puntual a mi reunión, y apuré el paso.

viernes, 26 de febrero de 2010

LA CONJURA

Desesperar esperando lo esperado resulta desesperante.

Las ansias de lograr lo que se ansía, potencian mi circular ansiedad de ansioso.

Aguardar paciente el resultado cuando la espera se prolonga, amplifica mi curiosidad tan requerida.

Me cuesta creer que la industria farmacéutica fomente la papalización de los procesos selectivos. No quiero creer que en la conjura participen también los miembros del jurado.

Juro esperar paciente -aunque me cueste- la resolución favorable (que deseo) para encauzar mi alma,de curioso, en el camino idóneo: que he emprendido.

Quedará entonces postergado el ansiolítico para estos casos sugerido... porque lo que el árbol tiene de querido, brotó después de habérselo esperado.

miércoles, 6 de enero de 2010

SARA GOZA

La Plaza de Zaragoza era ayer un hervidero. La multitud no llegó a punto de ebullición merced a la baja temperatura de la noche. En la plaza del Pilar se había montado un Belén (en mi barrio le decimos pesebre). Los reyes magos venían de cabalgata seguida por la prensa y la TV.

Un montaje sensacional; pero en la mañana siguiente, mis borcegos no tenían dentro más que olor a pata de tanto recorrer. ¿Olvido? ¿Desorganización? ¿Discriminación? ¿Ajuste?

Parece que la costumbre aquí, es hacerle creer a los niños que los Reyes, son sus padres.