lunes, 30 de noviembre de 2009

DI SIEMBRE

¿Por qué la gente quiere juntarse para fin de año?
¡Si no te di bola a lo largo de 335 días! ¿Qué te hace suponer que te colarás en los últimos 30? ¿El espíritu navideño? ¿El ruido de los cohetes?

Es cierto que en algunos casos, estas ocasiones sirven para tirar un añito más recordándole que nos vimos para las fiestas del 2009... y cuando esté al borde de caducar la inercia hacia la Navidad de 2010, apechugaremos frente al mal trago y adelante.

Así como la Cámara del Juguete debe promover el día del niño, la de fabricantes de digestivos fomenta las cenas de fin de año. ¿Que nos hace pensar que si durante todo el año nos saciamos con una moderada cantidad de alimentos, en Diciembre la ración debe aumentarse?

¿El espíritu navideño?
¿El ruido de los cohetes?

martes, 10 de noviembre de 2009

ULTRADOMESTICO

Tengo un bloqueo importante para escribir mi segundo monólogo cómico.

Peor, ya tengo fecha de estreno y no lo terminé de escribir -consecuentemente no me lo aprendí de memoria- por lo cual no empecé a ensayarlo y a pulir los matices para decir cada una de las cosas.

La perspectiva cómica, el desnivel, el abismo, el absurdo, la premisa, el pie, el remate, el gag físico, la performance.

Agrava la situación: que el primero me lo festejaron, aplaudieron, elogiaron y carcajearon mucho, que el tema que elegí inicialmente era original pero pretencioso, que me lleva un rato largo ir sacándole al relato los vestigios de la narrativa escrita y oralizarlo definitivamente.

Además, mi superlativo superyo artístico castiga los delirios de mi ello descontracturante, lo que abre un nuevo frente de combate. Esto, sumado a que trato de probar nuevas sensaciones con los públicos para conocer mejor mi comportamiento escénico (inside y outside).

Adicionalmente, se me choteó la placa de red de la compu, por lo que no tengo acceso a internés en casa, que tengo el balero flotando en otras áreas, que estoy definiendo cuestiones trascendentes para mi futuro, que tengo completamente frizado el master pero no pedí prórroga, que el 2010 está a la vuelta de la esquina y tengo que organizarme para un viaje largo en breve.

Resultado: el tema inicial queda de lado, tomo una estructura pre-escrita, la aggiorno y practico sobre eso. Peor sería insistir con un camino que hasta ahora me condujo a la nada.

Pero jodido jodido, hubiera estado si me agarraba tuberculosis en el medioevo.

Que la historia me juzgue... esto no es positivo.

lunes, 9 de noviembre de 2009

LA BRUJITA VERÓN Y LAS SOLTERAS DE TREINTIPICO

El árbitro está a minutos de pitar el final. El tiempo expira. El empate no sirve. El mundial se acaba para nosotros.

La cámara enfoca al estratega del equipo en posesión del balón. No corre desesperado para aprovechar hasta el último instante de partido. Camina despacio. Pensando cada paso. Reservando energías para un pique corto decisivo.

La TV le llevó al mundo la imágen del capitán pidiendo tranquilidad a sus compañeros, en lugar de correr ciegamente hasta el desgarro.

El gol no llegó. Quedamos afuera. Las fieras no tardaron en devorar al ídolo y sacrificarlo en el altar público para expiar la tragedia.

Aquel 2002, Verón no quiso ser como una soltera de treintipico.

¿La mente concentrada tan solo en que se acaba el tiempo? ¿Correr desesperadamente aumenta la chance de convertir o de que convierta el rival? ¿Por qué no jugar los últimos cinco como los primeros? ¿Acaso no duran -cada uno- los mismos sesenta segundos?

A los diecisiete, el primer amor, el que fantasiosamente se cree definitivo, se lo hace pasar por todas las pruebas, por todos los filtros y controles de calidad.

La jugada entonces se hilvana con providencial fineza. Pero producido el desencanto del amor inicial, la táctica se olvida y -a medida que pasa el tiempo- se empieza a correr desordenadamente detrás de la pelota.

Se corre más, se cansa más; parece que se juega más a la ofensiva, pero lo único que se logra es descuidarse en defensa (y perder dos a uno también te dejaba afuera de la copa).

¿Es la maternidad un objetivo en sí mismo? ¿Justifica correr desesperadamente a los brazos del primer donante de material genético que no desentone con el ideal de príncipe de ensueño que gustan figurarse?

No hay que olvidar a Verón, mártir de la ansiedad colectiva.

La pelota al piso, la cabeza despejada, la vista en alto viendo la jugada global... y si el gol no viene, será porque no tenía que ser... porque no cierran los puntos producto de derrotas anteriores. Porque se dio así.

Sabido es que el futbol, siempre da revancha.

jueves, 5 de noviembre de 2009

BITACORA CONCEPTUAL

Viviendo en París advertí que las cigüeñas son muy discretas y no se las ve por ningún lado.

Viviendo en Mar del Plata aprendí que lo mismo que te hace crecer, te puede volver insufrible para algunos.

Viviendo en Ginebra contraje sirrosis.

Viviendo en Tigre observé que el carril derecho de la colectora a veces avanza más rápido que el izquierdo de la autopista.

Viviendo en Praga entendí que metamorfosear a cucaracha puede ser una adaptación al entorno (Kafka nació en La Plata).

Viviendo en Junín viví en todas las ciudades de la provincia (y como en Venecia: sin bondis y sin tí).

Viviendo en Nápoles asumí que era contradictorio que una milanesa fuera napolitana.

Viviendo en Buenos Aires la adopté como aleph decadente para mi juventud.

Viviendo en San Martín de los Andes la elegí como nido para mi vejez de cóndor.

Viviendo en la blogosfera ví como se tomaban por ciertas las vivencias imaginadas.

martes, 3 de noviembre de 2009

JUNIO DEL 86

Por entonces tenía casi 11 años. La recuerdo como una mañana de sol, a aquella en la que fuimos con mi hermano Emilio a la librería de Alberto Casares, creo que en la calle Arenales.

Habían pasado cuatro días del triunfo ante Bulgaria, pero faltaban ocho para la mano de Dios y nadie se la imaginaba.

Al día siguiente era el día del padre y estabamos buscando un regalo para mi viejo. Emilio llevaba la voz cantante y trabó diálogo con Alberto, que le recomendaba cosas previo a elegir los Setenta Artículos de Descartes (después supe que los sentidos engañan, y que el autor no es René).

En un escritorio del fondo, entre libros, un señor mayor leía iluminado por una lámpara que recuerdo de bronce y cristal verde, de estilo inglés (pero porque me gusta esa lámpara, no porque mis recuerdos sean precisos).

Ring. El sonido particular de aquel teléfono negro de Entel condujo la vista de los cuatro presentes hacia el escritorio. El padre del librero ínterrumpió su lectura para atender, y mi atención volvió hacia las palabras del barbado anfitrión.

La conversación telefónica no fue extensa y algún ademán, cierta expresión o vaya uno a saber qué conexión invisible hizo que Alberto dejara de hablarnos para preguntarle a su padre qué pasaba.

Con la mirada nubosa y retrovisora, Bioy deslizó un susurro:

-Parece que murió Borges.

lunes, 2 de noviembre de 2009

CRÍTICA LITERARIA CONSTRUCTIVA

Hay un libro que no leí, pero atento al gran cúmulo de pelotudos que me lo elogia, no leeré nunca. Se trata de "Gente tóxica", de autoría del Licenciado Stamateas.

Tengo pendientes de lectura muchos clásicos de la literatura universal. Pongamos en perspectiva las prioridades, y asumamos que Stamateas viene bastante después de Joyce y de Sartre.

Supongo que le dará de palos a cierta gente de actitudes potencialmente nocivas para el segmento de público al que apunta su libro autosatisfactivo o de autoayuda...¿o se tratará de consejos para la práctica responsable del canibalismo?

Imaginemos que se trata de lo primero. A fin de contextualizar a la gente tóxica en su entorno (No me gusta demasiado la palabra "gente". Prefiero hablar de "personas"), distingamos otros grupos nocivos:

Personas Hectopascales: que llenan de presión tu atmósfera.
Personas Compresores: les encanta inflarte.
Personas Nata: no sirven para nada, nadie los traga, pero están en todo desayuno.
Personas Tutuca: tienen cerebro de maíz, pero están agrandados.
Personas Fellatio: son las que no confiaban en mi, las que no creyeron (con perdón de las damas).

Ahora, suponiendo que se trate de lo segundo -práctica responsable del canibalismo- sería preferible buscar un texto de autoría del Dr. Lecter.

PD: Curioso imaginar un crítico literario que no lee el libro previo a su encendida nota, en un mercado en el que las editoriales no reciben manuscritos para leer, el público no lee críticas literarias y muchas veces compra libros, y no los lee. Sigan los éxitos!!