viernes, 28 de agosto de 2009

CARSELLER

La compra venta de automotores está llena de sorpresas.

Robos y homicidios con la excusa de estar interesados en el rodado, kilometros toqueteados, viejitas que van a la panadería en auto, piezas defectuosas, San Fastix, motores fundibielas, gemelos fantásticos, papeles fofos, gatos por liebres.

Lo curioso, es que esta vuelta, el auto lo vendía yo. Y sabía que estaba mecánica y administrativamente perfecto.

El temor era que no me acuchillaran cuando lo venían a ver.

Lo publiqué una vez. Lo mostré una vez. El que lo vió, lo compró... (100% de efectividad como car-seller) pero él también venía paranoiqueado con que le meterían gato por liebre, lo acuchillarían con la excusa de mostrárselo, que tendría piezas defectuosas, una viejita rezándole a San Fastix para que de milagro le toqueté los kilómetros.

Al momento de la papelería, desconfianzas, sincronizaciones... te doy el título si depositás, pero deposito solo si veo los papeles... no salgas corriendo, por favor.

Lo mas pintoresco es que el que compraba, también era yo mismo, y me la pasé desconfiando de mi sombra, a punto tal que ni una vez terminado el calvario nos pudimos reir con ganas de nuestra estresante sensación de inseguridad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario