Deseaba un sí. Esperaba un sí.
La silenciosa vigilia sembró dudas.
Llegó un no. Impersonal, distante, casi anónimo. Sin fundamento preciso que contribuya a mi superación.
Recibí talentos y quiero potenciarlos. Me fijé objetivos y busqué el camino que creí más idóneo. Pero su traza no apareció donde fui a buscarla.
Recién este año pude equilibrar mis cargas para encarar esa senda. Creo que ya no podré volver a hacerlo.
Es sugestivo que tras tus pasos, descubra más Misteriosa a esta Buenos Aires.
Un hombre no se valora por los golpes que puede dar, sino por los que es capaz de recibir y sobreponerse.
Este tropezón -esta decepción- no es caída.
Sin editar
Hace 2 años
Ya vendran tiempos mejores...o peores. La joda es seguir peleandola. Animo.
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